Noche de Difuntos

Ya ha pasado Hallowen. No seré yo quien critique una fiesta que ya ha venido para quedarse, y para mover la economía. Solo quiero que no desplace o incluso se olviden las nuestras, que movían el alma. No me gustaría que se perdieran.

En la noche de Difuntos, se contaban historias de miedo sobre espíritus, fantasmas o apariciones. Hay veces que pienso que hemos perdido esa sensibilidad de notar ciertas cosas, esos ojos que veían lo extraño.  Seguro que pasaban más miedo que disfrazándose, pero  Hallowen es para que disfruten los niños, y no tan niños, es otra concepción.  Permitidme una pincelada, ¿se habla de la muerte como se hacía antes?

En muchos pueblos había y hay toques de campanas, tanto para recordar a los difuntos, como para “ahuyentarlos”, como en Moyuela. Todos conocemos la estancia de Gustavo Adolfo Bécquer en el monasterio de Nuestra Señora de Veruela, y cómo las historias que escuchó le inspiraron para sus leyendas. Eso hay que hacer, que no caigan en el olvido. Aragón es muy rico en costumbres, en leyendas. Brujas, guardianes de los cementerios….

Seguro que en un programa de televisión habéis oído hablar de la Santa Compaña, de sus procesiones por Galicia, pues aquí también tenemos las nuestras, son las “Almetas”, sobre todo en el pirineo y prepirineo. Podríamos entre todos enumerar más de otros pueblos y estaría genial. Hay que hacerlo. 

Encendido de velas o calabazas vaciadas (las teníamos antes de Hallowen) para colocar la vela, puestas  en las ventanas, para guiar a los difuntos. Yo las pongo y rezo por los antepasados. No sé qué pensaran los vecinos.

Nosotros con nuestras búsquedas, ponemos en valor a nuestros antepasados, su nombre y apellidos, las fechas, y también lo que vivieron, sus costumbres. Incluyamos “Noche de Difuntos”.

Descansen en paz todos aquellos que nos han dejado. Gracias por todo. Somos lo que somos por todos nuestros antepasados.

 

Alicia Claver Lacruz

Un comentario

  • Begoña

    Gracias Alicia por expresar tan bien estas reflexiones y compartirlas. Siento el mismo amor al pasado y a los que nos precedieron…Imagino a mi abuela en la cadiera junto al hogar escuchando temerosa historias de miedo que no me quiso transmitir. Sólo me contó que los mismos curas iban llamando a las puertas para que las gentes atemorizados les encargaran hacer misas a sus difuntos.

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